Mi pasión por la madera.

¡Hola!

Les quiero contar tantas cosas desde la última vez que les escribí que no puedo decidirme bien por dónde empezar, ¿qué tema tocar? Todos los temas son realmente interesantes e importantes en esto del diseño & la creatividad, pero creo que he pasado de largo algo que es vital para todos nosotros y sin embargo constantemente se da por sentado: Nuestro entorno.

Y es que siempre estoy hablando de lo importante que es el espacio interior para las personas, pero no había tocado el exterior ya que es un tema extenso, complejo y maravilloso. Para iniciar con esto quiero platicarte que tengo una hermosa obsesión por la naturaleza, confieso que ella es mi más grande y extraordinaria fuente de inspiración. Siento que viene desde mis genes ya que mi papá (¡saludos Papá!) es biólogo y él me inculcó desde muy muy temprana infancia el amor y el respeto por la madre tierra, la Pachamamita. Por ésto siempre siempre le estaré absolutamente agradecida.

Todo inició cuando yo era muy pequeña y cada fin de semana, los domingos tempranito mi papá nos levantaba (a mi hermana y a mí) para ir a algún paseo en la naturaleza. Cuando vivíamos en CDMX nos llevaba a un cerro que estaba rodeado de avenidas, lo recuerdo perfecto: caminábamos muchísimo en el bosque, de cuanto en cuanto nos deteníamos a ver las particularidades de alguna especie y en el medio del paseo, nos sentábamos a contemplar la naturaleza comiendo granadas y nueces; o a veces, nos llevaba a un parque natural de lava donde seguido había conciertos instrumentales al atardecer. Ya después, viviendo en Monterrey, esos paseos cambiaron a la Estanzuela, las Adjuntas, el río Ramos, entre otros y llegamos a vivir cerca del cerro "El Chupón" una hermosa pequeña montaña pegada a la colonia donde crecí en la cual construí algunos de los mejores recuerdos que atesoro. Ese lugar me llamaba en las vacaciones, muchas mañanas, con mis compas de la colonia y nuestros peluditos, subíamos a emprender nuevas aventuras y descubrir cosas del entorno y de nosotros mismos. O sea que ésto es algo que forma parte inherente de mi autoconcepto y es por eso que aquí tengo que hacer una pausa dramática, para darle el énfasis necesario.

Éstas áreas que acabo de mencionar son algunos de los lugares más importantes de mi vida. En ellos he descubierto belleza, nostalgia, aventura y me han contenido en momentos difíciles. Ahí he aprendido a contemplar y a encontrar armonía, a respirar lentamente, a ser constante en mi caminar y quedarme presente sólo escuchando la fuerza del agua por el cauce. Es más, de hecho haciendo memoria, creo que mi amor por la madera fue ahí donde se sucitó. Yo siento que no sería quien soy si no hubiera estado en contacto directo con estos lugares.

El entorno donde vivimos y crecemos es mega importante en la formación de nosotros mismos. Es decir, el lugar seguro, no siempre es interior, como la casa de mi abuela, o la cocina de mi mamá... El lugar seguro también es aquel rincón de la montaña que significa algo para nosotros. O sentarse bajo la sombra de nuestro árbol consentido (sí, habemos gente que tenemos árboles consentidos en la profundidad de la montaña). Fíjate como también nuestro entorno, aporta contención, y toneladas de aprendizaje en tan sólo un vistazo. La naturaleza nos da tanto taaaanto. El órden visual, la armonía del espacio, el movimiento, el ritmo, la nutrición sensorial.... you name it! Son millones de datos almacenados en nuestra psique que no sabemos que sabemos y que para mí, son unos de los pilares al diseñar.

Cuéntame de tu amor por la naturaleza, dime qué piensas de su importancia?

Como diría Alejandro Aravena, estos lugares que siguen existiendo en nuestra urbe, son las formas en las que la población sentimos que "se nivela la cancha".

Gracias por leerme!